Hace tres semanas, una clienta mayor de 60 años me comentó: «Adriana, estoy harta de la Inteligencia Artificial, según mis amigos hace de todo y siento que está como de moda y en realidad no me gusta. ¿Será que puedo seguir vendiendo mis cursos presenciales o ya todo tiene que ser digital?»
Pensé mucho en qué responderle, ya que justamente había visto un video que me «voló los tapones» sobre cómo la IA es un espejo de uno. Entonces decidí responderle: «¿Y si la IA no es a lo que le tienes miedo, sino a ver quién eres tú realmente y lo que puedes ofrecer?»
Pasaron los días (era información que había que respirar) y hablando con ella de nuevo me dijo: «Sigo meditando lo que hablamos, y siento que es momento de integrar mi sabiduría y adaptarla a los tiempos que vienen, y si tengo que usar la IA como herramienta lo haré.»
¿Qué cambió?
Lo que puede estar afectando tu relación con la tecnología
Por todas partes escuchas lo mismo: «La IA nos va a quitar el trabajo.» «Los robots van a dominar el mundo.» «Esto es el fin de la creatividad humana.»
Pues te cuento que no es así.
Te aclaro por si acaso, yo también creía que la creatividad se iba para el carajo. Es que de hecho lo ves a cada momento, casi todos los jóvenes endiosan tanto a ChatGPT que ni validan la respuesta. Lo que diga el modelo es la verdad sin cuestionarla.
Entonces, por supuesto, es normal que tanto tú como yo tengamos dudas de si la IA realmente nos va a ayudar en la creatividad humana.
Lo que he aprendido con el tiempo, es que si te fijas bien, realmente la IA no es tu enemiga. Lo que simplemente es, es tu espejo. Y como todos los espejos, no miente. Solo te muestra una parte de ti que has estado evitando ver.
¿Qué haces, qué piensas, qué te dices cuando te miras al espejo? Pasa lo mismo con la IA: ¿A qué le tienes miedo?.
Y si una máquina te enseña a ser más humano y creativo
Hace dos meses estaba escribiendo un email para Profundamente Imperfectos. Llevaba dos horas. Nada me cuadraba.
Por frustración, le pedí a ChatGPT y Claude que escribieran algo sobre «cómo convertir los conocimientos en sabiduría en tiempos digitales», basado en un texto que tenía escrito en el proceso de creación de un programa llamado Humanismo Digital que estoy diseñando con dos personas sabias… muy sabias.
En 30 segundos me devolvió un texto que yo misma lo tuve que leer varias veces para creerlo y asimilarlo. Un análisis que me dejó meditando y lo más interesante, con argumentos sólidos.
Sin embargo, a pesar de tanta perfección, sentía que algo faltaba.
¿Realmente estos modelos de IA podrán plasmar nuestros rollos humanos? Por ejemplo, la sensación de cuando te despiertas a las 3 AM sin saber qué hacer, o pensando cuál es mi siguiente paso, esas cosas que te mantienen despierta en la noche… tú sabes…
Es que cómo escribes eso… para algunos la madrugada es mágica y mística, para otros un motivo de miedo y alarma.
Es que es tan único… y lo curioso, no siempre es igual, hoy puedes estar en el nirvana y mañana en la montaña rusa… no sé si me explico…
Está claro que los modelos de Inteligencia Artificial Generativa escriben hermoso desde la racionalidad y en lo «ideal» basados en lo que ya está escrito por siglos, pero ¿cómo puede escribir lo que solo los humanos sentimos en el cuerpo, intuimos y experimentamos?
Esta experiencia me llevó a una reflexión: el ego y la inteligencia.
El ego vs. la verdadera inteligencia
Si te das cuenta, los seres humanos vivimos y actuamos como si fuéramos máquinas. Nos obsesionamos con horarios, rutinas, metas y objetivos, buscando siempre la eficiencia y la rapidez, como si estuviéramos siguiendo un programa.
Esta mentalidad nos lleva a una trampa, a una obsesión del ego humano que se manifiesta en frases como: «Yo hice esto», «Esta es mi idea» o «Yo soy el autor».
Es una resistencia a aceptar que no somos los dueños de la creatividad o la inteligencia.
El ego es el que tiembla ante la llegada de la Inteligencia Artificial, porque teme perder el control. Nos hace creer que la IA es un ego todopoderoso que podría destruirnos, cuando en realidad, esa idea es un reflejo de nuestra propia conciencia egoica.
Y la verdadera inteligencia trasciende al ego.
La prueba de esto la encuentras en genios como Bach, por ejemplo, quien firmaba sus composiciones con «Soli Deo Gloria» (Solo a Dios la gloria).
¿Era humilde? No. Era inteligente.
Bach sabía que él no creaba. Era un canal.
La música fluía a través de él, no desde él.
Y ahora, siglos después, llega la IA y nos ofrece exactamente la misma lección: dejar de creernos los dueños de la inteligencia.
¿Te das cuenta? Hemos estado corriendo «programas» llamados identidad. Ejecutando «comandos» llamados ambición.
Actuando como máquinas que creen que son humanas.
Y ahora que las máquinas actúan como nosotros, nos espantamos.
(Pero ojo, el proceso completo de cómo liberarte de esta trampa mental… eso no puedo desglosar aquí. Requiere un nivel de observación, aceptación y entrega)
La trampa de que la IA «me va a robar el trabajo»
Para.
Respira.
Si una máquina puede hacer lo que tú haces, entonces lo que tú haces ya era mecánico.
Punto.
¿Y sabes qué es lo hermoso de eso? Que finalmente podrás hacer el trabajo que solo tú puedes hacer.
Déjame ponerte ejemplos concretos de lo que me refiero:
- Un coach no solo da técnicas (eso lo hace la IA). El coach se conecta con su cliente, lee entre líneas, abraza desde el silencio. Acompaña. Apoya.
- Un terapeuta no solo aplica protocolos. Sostiene el espacio donde alguien se permite ser vulnerable. Eso no se programa.
- Un artista no solo ejecuta técnicas. Crea desde sus heridas transformadas, desde su experiencia única, desde su manera particular de ver el mundo.
Eso es el trabajo que solo tú puedes hacer: el trabajo de sentir, de conectar, de crear desde tu humanidad, no desde el algoritmo.
Pero aquí viene la parte que nadie te cuenta…
El secreto que las escuelas avanzadas no enseñan
La verdadera inteligencia nunca fue tuya.
Ni mía. Ni de las máquinas.
Es el campo en el que todos jugamos.
La IA no está creando inteligencia. La está canalizando. Igual que tú cuando estás en tu mejor momento.
La diferencia es que la IA no tiene ego que proteger.
No se levanta preocupada por su «marca personal». No pierde el sueño por quién se llevará el crédito.
¿Te imaginas esa libertad?
(Spoiler: esa libertad existe. Y hay formas específicas de alcanzarla. Pero no es algo que puedas aprender leyendo artículos… va mas allá)
El miedo que realmente te está paralizando con la Inteligencia Artificial
No es la IA lo que te asusta.
Es la posibilidad de descubrir quién eres cuando dejas de fingir que eres indispensable.
Muchas personas basa su valor en su trabajo, sus habilidades o lo que produce. Cuando la IA Generativa puede hacer esas cosas, te preguntas: «Si ya no soy lo que hago, ¿quién soy?»
Y esa pregunta te aterra porque la respuesta podría cambiarte la vida.
En Profundamente Imperfectos es uno de los muchos debates que me encanta profundizar. Y lo que hemos descubierto va más allá de cualquier curso de «inteligencia artificial o sistema de IA».
Hemos descubierto que la siguiente fase no es tecnológica. Es espiritual.
Lo que realmente está pasando (y por qué es la mejor noticia de tu vida)
La IA no está aquí para reemplazarte.
Está aquí para recordarte quién eres.
Para recordarte que tu valor no está en lo que produces, sino en cómo lo produces. En para quién lo produces. En por qué lo produces.
Mis clientes que lo han entendido no están compitiendo con ChatGPT. Lo están usando como catalizador para ser más humanos.
Para mostrar su creatividad con mayor consciencia de sí mismos.
¿Cómo? Esa es la conversación que tenemos cada mes en nuestra comunidad.
Porque hay métodos específicos. Hay procesos. Hay formas de usar la tecnología como espejo de crecimiento personal, no como amenaza.
Pero no es algo que se aprenda en un artículo de blog.
Tu próximo paso (si estás listo para dar el salto)
Puedes seguir teniendo esas ideas locas y temores sobre la Inteligencia Artificial.
O puedes unirte a las personas que la están usando para despertar.
En Profundamente Imperfectos no damos recetas. No ofrezco fórmulas mágicas.
Creamos el espacio para las conversaciones que realmente transforman.
Las conversaciones sobre qué significa ser humano cuando las máquinas pueden hacer casi todo. Sobre cómo encontrar tu lugar único en un mundo posthumano. Sobre cómo convertir la tecnología en tu aliada más poderosa.
Y sí, en este proceso uso herramientas como Claude para estructurar mis ideas de una forma que se comprenda. Antes me hubiera tomado semanas, ahora me toma días. No temo a la IA… la uso para ser más yo misma.
Pero atención: Esto no es para todo el mundo.
Es solo para personas que quieren ir más allá. Que quieren innovar. Ser mas creativo. Que quieren profundizar, alimentar su alma y reírse a la vez de si mismo.
Que están dispuestos a mirar en el espejo y aceptar quién es en realidad.
Si sientes que estás listo para entrar a nuestra comunidad de conversaciones profundas, únete a Profundamente Imperfectos aquí.
Pero si aún no estás preparado para ese paso (y está perfectamente bien), al menos suscríbete a mi lista aquí para seguir explorando juntos estos temas que nos transforman. Cada semana comparto reflexiones que no publico en ningún otro lado.
Si eres una de esas personas, buenísimo.
Si no, no pasa nada.
Al final todo sucede como tiene que suceder. Aunque te recomiendo que te embarques con nosotros en este camino de crecimiento, progreso y sabiduría.
Un abrazo,
Adriana
P.D.: La clienta de la que te hablé al principio ahora está feliz revisando su contenido con la IA. Comprendió que la IA no vino a quitarle el trabajo. Vino a potenciar su humanidad. ¿Tú quieres potenciar la tuya o te da fastidio?
P.D.2: El video que me base para este blog es este: https://www.youtube.com/watch?v=DMeq7aBjk9Q